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Fundación del Poblado La Parguera
 

Poblado de la Parguera

El poblado de La Parguera fue fundado durante el primer cuarto del siglo XIX, cuando alentados por la aventura y el deseo de mejoras económicas, acudieron al lugar vecinos de Lajas y Cabo Rojo; y construyeron sus hogares en ese lugar.  Entre los primeros pobladores figuraron las familias Cancel, Pabón, Rodríguez, Ramos, Avilés, entre otros.  Estas familias se sintieron atraídas por la abundancia de la pesca, las condiciones saludables del clima y las bellezas naturales del litoral, lo que contribuyó al progreso del vecindario de nueva formación.

Las primeras casas fueron levantadas sobre una loma frente al mar azul; cubierto de islotes, cayos, bajíos y manglares.  Los primeros habitantes se dedicaron a la pesca, al sembrado de maíz y a la crianza de ganado vacuno y caballar.  La pesca, constituida en industria desde sus comienzos, fue precursora del progreso del poblado.  Ésta aún constituye la mayor fuente de riqueza por su calidad y su abundancia.  La Parguera, hoy conocida internacionalmente, se ha convertido en lugar de atracción, no sólo por el interesante deporte de la pesca, sino por otros deportes del mar y el natural fenómeno de la fosforescencia; la que ofrece gran estado de luminiscencia en uno o más sectores de su bahía en noches oscuras o casi oscuras.  Es uno de los pocos lugares favorecidos con este atributo en el mundo.  Es uno de los pocos lugares donde abunda el pargo.  Parguera significa lugar de pargos. 

Para los tiempos en que las primeras casas fueron edificadas, los terrenos circundantes carecían de dueños o propietarios reconocidos, no existiendo por tanto, lindes de ninguna clase en el litoral.  Para el año 1887, cuando el Sr. Ulises López Díaz compró los terrenos al norte del poblado los cuales pertenecían al Sr. Fernando Calder, fue que por primera vez apareció una cerca de mayas.  Al comienzo se situaron en La Parguera alrededor de unas 10 familias, entre las que figuraba el Sr. Gregorio Pabón, quien  fue toda su vida el comisionado del barrio.  Además, era panadero, maquinista y carpintero.  Don José María era Cabo de Mar.  Poblaron allí, años más tarde, don Gabino Irizarry Pabón y don Fidel Irizarry Pabón, cuyo árbol genealógico aún subsiste en nuestra comunidad.

Desde el principio de la formación del Villorio, uno de sus mayores problemas lo constituyó el pobre abastecimiento de agua potable.  La única fuente natural de este vital líquido era un pozo conocido como “Las Cóvanas”, localizado aproximadamente a unos mil metros del poblado y a orillas de un camino público que conducía a la población de Lajas.  También, acompañó a la formación del poblado La Parguera, el establecimiento de un centro de educación alrededor de 1860.  Había sido construida una casa-escuela donde se impartía el pan de la enseñanza a aquéllos que, ávidos de su beneficio, acudían a recibirle.  Para 1865, esta escuela fue utilizada como Cuartel de Milicianos hasta 1883, año en que quedó convertida en escuela pública.

Cuando se segregó Lajas de San Germán, el 1ro. de julio de 1883, La Parguera pasó a ser uno de los once barrios que componen la municipalidad.  El espectáculo anual al Santo Patrón San Pedro es llevado a cabo dentro del más profundo marco de fervor religioso con una procesión acuática.  San Pedro es portado en una de las barcas que recorre toda la bahía e islotes adyacentes en un ambiente de pura religiosidad.  Dicha actividad está catalogada como única en Puerto Rico.  También cabe señalar el histórico hecho de que, cuando el gobernador Marchesi desterró de nuestra isla a los insignes patriotas puertorriqueños, el Dr. Ramón Emeterio Betances y don Segundo Ruiz Belvis desobedecieron la orden.  Más tarde, secretamente en escogida noche, zarparon desde Mayagüez hasta Santo Domingo alumbrados por la luz relampagueante de los planetas que adornaban el espacio celeste, con tal mala suerte que las fuertes y continuadas marejadas arrastraron la barca hacia el sur, aterrando en la entonces desierta jurisdicción conocida como “La Montalva”; muy cerca del poblado La Parguera donde don Fernando Calder poseía una estancia con una residencia veraneo.

Aquí don Fernando, después de la identificación de rigor, les extendió su amigable y condescendiente mano.  Con la desprendida ayuda de don Francisco Vélez Pagán y don Liborio Pagán, pasaron varios días discutiendo y planeando sobre el puerto más conveniente por donde habrían de salir nuevamente.  Decidieron embarcar por el puerto de Guánica.  El Dr. Ramón Emeterio Betances falleció en París, Francia.  Don Segundo Ruiz Belvis falleció en Valparaíso, Chile.