Un inmenso monolito que interrumpe el flujo libre del Río Saliente formando una piscina natural visitada por innumerables turistas, contiene una de las colecciones más interesantes de Petroglifos Indígenas que se encuentran en Puerto Rico.
La Piedra Escrita ha sido objeto de varios estudios arqueológicos. En octubre de 1994, la Comisión de Educación y Cultura de la Cámara de Representantes de Puerto Rico, se trasladó a Jayuya donde se llevaron a cabo unas vistas públicas con miras a declarar la Piedra Escrita como Monumento Nacional.